LA EDUCACIÓN EN EL GRACIA DE MÁLAGA
Se habla
constantemente de lo que es básico en los pilares de la educación a sabiendas
de que la educación es uno de los pilares básicos de esta sociedad. Sin duda
ninguna, algo básico lo tenemos que basar en la inclusión, en la igualdad de
oportunidades por lo que se está buscando un tipo de educación que se adecue a través
de ciertos cambios a las necesidades de cada niño o niña individualmente. Las
propuestas innovadoras que han surgido responden a cuestiones y problemas que
se han ido acentuando a lo largo de los años.
Muchas escuelas,
hoy en día, buscan el cambio. Buscan satisfacer las necesidades de todo el
alumnado a través de una educación de calidad e igualdad. Y es que uno de los
principales problemas que encontramos en las aulas del presente es el de la
desigualdad. Por eso, colegios como ‘’Nuestra Señora de Gracia’’ en Málaga, han
puesto en marcha una serie de iniciativas encaminadas a convertir las aulas en
lugares donde reinen el respeto, la educación y la cooperación, donde el
aprendizaje llegue por igual a todos los individuos. Esto se logra a través de
la implicación del entorno del alumno en su educación y en su aprendizaje. La
participación de las familias se ha convertido en una herramienta fundamental
para la educación de los niños y niñas, además de la implicación de otros
adultos (voluntarios, personal sanitario, vecinos…). Actividades como los foros
o el apadrinamiento de los peques por parte de los alumnas y alumnas mayores de
un cole, hacen que la vida en los colegios sea mucho más solidaria, consciente
y reflexiva, porque se todos tienen acceso a la oportunidad de que sus
opiniones sean escuchadas y a que el andamiaje se convierte en un refuerzo
positivo para el aprendizaje.
Como expresa
Juan Carlos Tedesco, los individuos necesitamos aprender a vivir juntos, es
decir, por una parte, ser reconocidos como personas, y por otra, saber qué nos
une. Creo que esto es algo que el colegio Nuestra Señora de Gracia está
encaminado a conseguir debido a que gracias a sus propuestas educativas
innovadoras se superarán y eliminarán objetivos como el de la marginación. Si todos los
colegios implantasen un sistema como este conseguiríamos construir lo que
Tedesco denomina justicia social, es decir, sociedades más justas con un
sistema educativo donde todos los individuos tengan acceso a la enseñanza
básica y que puedan encontrar escuelas contra culturales que les proporcionen
una brújula para que el aprendizaje adquiera sentido y que les proporcione los
valores y competencias que hagan que quieran incluir al excluido y así superar los
prejuicios de la sociedad del conocimiento actual.
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